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El riesgo de la politización de las fuerzas armadas

El 22 de noviembre de 2021 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el “Acuerdo por el que se instruye a las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal a realizar las acciones que se indican, en relación con los proyectos y obras del Gobierno de México considerados de interés público y seguridad nacional, así como prioritarios y estratégicos para el desarrollo nacional”.

Con ello, para acelerar la construcción de las obras prioritarias para la administración, con un proceder fuera de proporción se calificó a estos proyectos como de “interés público” y de “seguridad nacional”.

El “Acuerdo” puede tener impactos en los derechos humanos –sobre todo en el derecho a la información y la transparencia, en el derecho a un medio ambiente sano, y los derechos colectivos indígenas al territorio y la consulta–, como lo advertimos varias organizaciones de derechos humanos en un pronunciamiento conjunto.

También, se trata de un “Acuerdo” que al favorecer la opacidad de un estamento ya de por sí renuente a la transparencia, como lo es el castrense, bien puede incentivar la corrupción pues como se ha acreditado una y otra vez las Fuerzas Armadas no son ni impolutas ni ajenas a la corrupción.

Asimismo, el “Acuerdo” muestra el creciente empleo político de los conceptos legales asociados a la “seguridad nacional”. Esta tendencia, se enmarca también en un contexto más amplio de politización de las Fuerzas Armadas.

Por la propia naturaleza de estas instituciones y por los delicados encargos que la Constitución les confiere, los elementos del Ejército y la Marina deben abstenerse de realizar acciones o actividades de carácter partidario o político.

Ciertamente, dado el creciente protagonismo de las Fuerzas Armadas en los últimos lustros, estos posicionamientos han ocurrido en el pasado.

En el anterior sexenio, por ejemplo, el Secretario de la Defensa Nacional abiertamente abogó por la reforma educativa[1].

Sin embargo, ha sido llamativo en este sexenio que el titular de la Sedena externe su adhesión a las políticas impulsadas por el presidente con la misma narrativa que éste impulsa. Un ejemplo de las muchas intervenciones en este sentido, es el discurso pronunciado el 20 de noviembre de 2021, en el que el General Secretario dijo: “Como mexicanos es necesario estar unidos en el proyecto de nación que está en marcha”[2].

De esta pieza discursiva sobresale la alusión a la transformación del país en abierta alusión a la narrativa presidencial. Claramente, estamos ante un discurso que no debería pasarse por alto dado que se trata del comandante del Ejército mexicano.

El estamento castrense debería, en lo posible, abstenerse de un involucramiento activo en la política como el referido.