*Centroamericanos exigen al Ejecutivo frenar las violaciones a DH cometidos por INM y crimen organizado
Por Olivia Vázquez Herrera
México, D.F.- El día de ayer y después de una semana de haber partido desde la frontera de México con Guatemala, el Viacrucis Migrante —integrado por alrededor de mil 200 personas provenientes de Centroamérica así como por activistas, periodistas y miembros de organizaciones defensoras— arribó al Distrito Federal con la intención de sostener una reunión con Enrique Peña Nieto para darle a conocer las múltiples violaciones a derechos de las que son víctimas a su paso por territorio mexicano.
Es por ello que realizaron una marcha desde el Ángel de la Independencia hacia la Los Pinos, en donde las y los migrantes exigieron mayor seguridad durante su recorrido a bordo del tren conocido como “La Bestia” y en las carreteras, pues es precisamente ahí donde se cometen la mayor parte de los delitos en su contra.
Al llegar a Avenida Constituyentes, elementos del cuerpo de granaderos impidieron el paso a la caravana, sin embargo, el contingente permaneció frente al cerco. Posteriormente, se informó que permitirían el acceso a una comisión para hablar con el responsable de la Oficina de la Presidencia, Carlos Eduardo Castro Romero. Aproximadamente a las 3:30 de la tarde, representantes de las y los migrantes así como un par de miembros de organizaciones defensoras ingresaron a la Residencia Oficial de los Pinos.
Una hora después, el hondureño William Zepeda —quien formó parte de los representantes— declaró que durante la conversación con el funcionario, éste escuchó sus demandas: Un trato digno durante su recorrido hacia Estados Unidos así como el libre tránsito por territorio mexicano; el alto a las extorsiones, robos, secuestros, abusos sexuales y asesinatos de las que son víctimas, tanto por parte del crimen organizado como de los miembros del Instituto Nacional de Migración (INM).
Las y los migrantes dijeron que en la reunión exigieron hablar directamente con Enrique Peña Nieto, a lo que Castro Romero, se comprometió a darles una respuesta pronta a través de la Hermana Leticia, quien también ingresó con ellas y ellos a la Residencia Oficial de Los Pinos.
Asimismo, Zepeda precisó también que exigieron la desaparición del INM debido a todo el daño que le ha hecho a las y los migrantes de Centroamérica con sus acciones y políticas que lejos de brindar asistencia, propicia el derramamiento de sangre de sus compatriotas en las vías del tren que corren por suelo mexicano.
De igual forma, Óscar Marín, migrante nicaragüense, señaló que cuestionaron al funcionario sobre la constante criminalización y persecución a la que son sometidas las personas que transitan sin documentos: “No somos buscadores de problemas, somos buscadores de oportunidades”, agregó, pues en esta búsqueda no sólo son hombres los que viajan, sino que también familias enteras salen de sus países en busca de una mejor calidad de vida.
En este sentido, el sacerdote Alejandro Solalinde, responsable de la Casa del Migrante “Hermanos en el Camino”, calificó como “histórico” el hecho de que las y los migrantes de Centroamérica hayan logrado el diálogo con las autoridades y que espera una respuesta positiva del mandatario para poder entablar conversaciones con las y los centroamericanos, pues destacó el caso de los migrantes mutilados que la semana pasada intentaron encontrarse con el presidente sin haber obtenido resultados.
Finalmente, el defensor agregó que “queda claro que todo el drama que han vivido los migrantes, la desprotección y la exposición al peligro del tren ha sido solamente culpa y responsabilidad del Ejecutivo Federal” y que cada día que se niegue el libre tránsito a las y los migrantes “es condenar a que pasen arriba del tren y entregarlos prácticamente a los cárteles, a la corrupción de los funcionarios públicos, a la colusión de las corporaciones policiacas, a lugares peligrosos”.
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