De guerrilleros a Mártires de la Democracia. La construcción de la historia

Presentación del Libro los Mártires de la Democracia2El día de ayer se llevó a cabo en el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh), la presentación del libro Los Mártires de la Democracia. La larga lucha de una familia de la Comunidad Indígena de Tarejero por la verdad y justicia, de Abdallán Guzmán Cruz y Julio Pimentel. El libro es un recuento de los 37 años de lucha desde la detención arbitraria y desaparición forzada de José de Jesús Guzmán y de sus hijos Amafer, Armando, Solón y Venustiano Guzmán Cruz. Es una crónica familiar que, a la vez, es una historia regional y nacional. Desde lo sucedido en Tarajero, comunidad purhépecha de Michoacán, hace 30 años, se da cuenta de los procesos sociales de transformación que recibieron como respuesta una cruenta represión del Estado.

El evento contó con la presencia de Edgar Cortez, del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia (IMDHD), Abdallán Guzmán Cruz (co-autor del libro), Blanca Hernández (Fundación Diego Lucero) y José Rosario Marroquín (Centro Prodh).

Edgar Cortez, del IMDHD, señaló que la historia oficial cuenta que quienes fueron desaparecidos en la llamada “guerra sucia”, han sido tildados como delincuentes, facinerosos, subversivos y “roba vacas”; por lo tanto, destacó la necesidad de recuperar la historia a partir de narrar lo vivido por las familias que buscaron darle sentido a las aspiraciones de transformar la realidad política del país. Edgar Cortez hizo énfasis en la labor de aquellas familiares, sobre todo mujeres, que han luchado día a día por encontrar a sus esposos, hermanos, amigos y que nunca han claudicado; destacó que son las mujeres las verdaderas depositarias del derecho a la verdad. Expresó su reconocimiento y respaldo a Blanca Hernández y a Abdallán Guzmán Cruz por su trabajo en la incansable búsqueda de justicia; además, destacó que Blanca ha sido víctima de amenazas y hostigamiento, por lo cual se mostró preocupado y pugnó porque se garantice su integridad y condiciones adecuadas para ejercer la labor de defender los derechos humanos.

Por su parte, Abdallán Guzmán Cruz relató que aunque el libro fue escrito en poco tiempo, tiene el claro objetivo de arrojar lo vivido mediante la creación de un signo que busca la justicia y la sensibilización de la opinión pública. Señaló enfático que el libro es una denuncia para combatir una impunidad que surge como política de Estado, en donde “la lucha de clases se agudizó con la presencia militar”. Asimismo, destacó que se debe seguir construyendo la memoria histórica y hacer justicia tanto a sus hermanos como a sus compañeros.

Blanca Hernández, Presidenta de la Fundación Diego Lucero, agradeció a Abdallán Guzmán Cruz y a su familia la confianza para llevarlos por un camino judicial tanto en México como a nivel internacional. Al igual que Edgar Cortez, reivindicó el papel de las madres, esposas e hijas que se dedicaban a denunciar ante un Estado que no las quería y una sociedad que no las escuchaba. Relató sus esfuerzos por formar una organización aún a pesar de las limitaciones y la eterna lucha por conocer la verdad y acceder a la justicia. A pesar de la distancia, las mujeres familiares de desaparecidos lograron encontrarse y poder avanzar juntas. Al hablar del drama de los desaparecidos, recalcó que llevan 38 años buscando a sus familiares y que es indignante que el Estado mexicano continúe sin dar respuesta efectiva a sus legítimas demandas. Destacó que, ante las circunstancias actuales, la única manera de seguir buscando justicia es acudir ante las instancias internacionales.

José Rosario Marroquín, director del Centro Prodh destacó el valor de la lucha y la importancia del proceso comunitario surgido a propósito de la reivindicación de los luchadores sociales víctimas de la guerra sucia. Señaló que los esfuerzos del sexenio de Vicente Fox por la búsqueda de la verdad y la justicia fueron vanos y el proceso al que se dio origen no contribuyó a resolver ninguno de los casos. Esto ha traído como consecuencia que, mientras no exista justicia transicional, la justicia para nuestra propia época será imposible. Consideró que este libro contribuye a mantener la memoria histórica. Señaló que el reconocimiento de una lucha de 38 años es alentador para quienes comienzan a transitar por los caminos de la exigencia de la justicia.

Finalmente, cabe decir que el caso de los hermanos Guzmán Cruz se presentó ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en el año 2006. No fue sino hasta el 2011 que esta instancia advirtió al Estado mexicano del caso; sin embargo, hasta la fecha el Estado no ha presentado información alguna.