Distintas notas informativas y organizaciones de la sociedad civil informaron que el día 11 de diciembre se presentaron varios incidentes violentos protagonizados por un grupo de 80 vecinos de la colonia Lechería, quienes intentaron golpear al personal de la Casa del Migrante San Juan Diego y con violencia les exigieron que cerraran sus puertas. Sumamente grave es, además, el hecho de que los vecinos les advirtieron que ellos serían responsables de los asesinatos que hubiera.
A estos hechos, cabe añadir lo señalado en repetidas ocasiones por el presidente municipal de Tultitlán, Marco Antonio Calzada, quien ha referido que las personas migrantes centroamericanas generan inseguridad y no otorgan ningún beneficio a la localidad. Al no estar de acuerdo con la llegada de migrantes a Lechería, Calzada ha pedido a las autoridades federales cerrar la frontera. Mientras tanto, no ha tenido ninguna injerencia concreta para avanzar en la seguridad de la Casa del Migrante ni de la colonia Lechería, por lo que se han seguido cometiendo distintos asesinatos y actos de violencia que vulneran la seguridad de quienes habitan y transitan por la zona.
Ante esta situación, distintas organizaciones defensoras de los derechos humanos responsabilizaron a las autoridades del Estado de México de la violencia y xenofobia que viven las personas migrantes en Tultitlán y señalaron que, aún a pesar de la necesidad imperante, han ignorado las peticiones de la reubicación de la Casa, poniendo en riesgo la integridad y la vida tanto de migrantes como de las y los colaboradores.