Ciudad de México, 04 de marzo de 2020. La organización defensora de derechos humanos en Yucatán Indignación lanzó una alarma ante el fallecimiento de Gaspar Sulub Cimé mientras se encontraba bajo custodia de la Policía Estatal de Yucatán.
«Por declaraciones de familiares de Gaspar Sulub Cimé, a quienes expresamos nuestra solidaridad, hemos sabido de la detención ilegal, violenta y arbitraria de la que fue objeto a manos de policías estatales la noche del lunes 24 de febrero pasado, en Progreso; de la forma como los familiares fueron informados de su fallecimiento, de las fundadas sospechas de tortura y asesinato, y de la crueldad posterior a la que han sido expuestos, en medio del dolor por la pérdida que enfrentan y por las graves circunstancias en las que ocurrió, al negárseles el cuerpo, información y garantías de una investigación pronta e imparcial», describió la organización.
«Lamentablemente el equipo Indignación ha constatado que en Yucatán la tortura es una práctica tan sistemática como impune y lo son también las detenciones violentas y arbitrarias», advirtieron las y los defensores de derechos humanos, que recordó que en ese estado en los últimos años han fallecido varias personas en centros de detención o en unidades policíacas durante sus traslados.
La organización relató algunos de estos casos: en 2016 al menos dos personas murieron por “infarto” en Mérida mientras estaban bajo custodia de la policía estatal; ese mismo año, en Temax, un joven murió en la cárcel con un dictamen forense de “parasitosis”; en 2018 un joven murió en Teabo, en la cárcel municipal, y en 2019 otro joven falleció en Oxkutxzcab.
«Todas esas muertes se encuentran impunes. Ni siquiera se ha sancionado a alguien por la evidente y notoria negligencia que esos casos implicarían, aún si se descartase tortura», establecieron.
La familia informó que a Sulub lo detuvieron en Progreso, Yucatán, el lunes a las 10:30 de la noche en un automóvil del servicio de la plataforma Uber. Fue subido a una patrulla y trasladado a Mérida. Posteriormente, a los familiares se les informó que había fallecido por un infarto.
Una autopsia realizada por un médico legista contratado por la familia de Gaspar Sulub concluyó que el hombre murió ahogado en su sangre tras la tortura y los golpes a los que fue sometido. Familiares interpusieron el martes a las 5 de la tarde ante la agencia local de la Fiscalía estatal denuncia por su presunto asesinato.