Papantla, Veracruz, 21 de febrero de 2020. Con el llamado a establecer un mecanismo especial de atención a la zona norte de Veracruz de la mano de las familias, la V Brigada Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas (V BNB) finalizó sus trabajo en esta región entre el 7 y el 21 de febrero del presente año.
Como en las cuatro ocasiones anteriores, desde 2016 -en Veracruz, Sinaloa y Guerrero-, la Brigada realizó trabajo de sensibilización y construcción de paz en escuelas, desde preprimaria hasta nivel universitario, así como en iglesias de distintos credos, encontrando una respuesta «conmovedoramente positiva» entre la población, señalaron los colectivos que la conforman.
La Brigada también realizó búsqueda en vida en hospitales, centros de privación de la libertad y calles. Además, a pesar de los contratiempos generados por el clima, se realizaron rastreos de restos humanos a partir de la información proporcionada por la ciudadanía, así como visitas a los servicios médicos forenses. «Localizamos restos óseos humanos que, tras ser hallados, están bajo resguardo de la Fiscalía General de la República, quedando pendiente su identificación y retorno a sus familias, a lo que daremos seguimiento puntual», agregaron.
Adicionalmente, por primera vez se desarrolló un eje de trabajo de intervención con murales y placas conmemorativas en el espacio público, así como sensibilización y capacitación para funcionarios públicos municipales y estatales.
«Lamentablemente, algunos hallazgos son aún más desoladores que en otras ocasiones», valoró la brigada: «En apenas dos semanas y con escasos recursos a nuestra disposición, encontramos 12 sitios con fuertes indicios de existencia de las llamadas ‘cocinas’, lugares donde se desintegran cuerpos humanos; en estos casos, los pocos fragmentos restantes suelen estar en condiciones desfavorables para la identificación, agravadas por el clima de Veracruz y la actividad agrícola y ganadera. La fiscalía está obligada a investigar este extremo con base en los más altos estándares y evitando descartar evidencia bajo suposiciones y sin antes haber procesado pericialmente los lugares».
La Brigada decidió también regresar por quinta vez al predio conocido como La Gallera, encontrando más restos humanos a pesar de que había sido intervenido por las autoridades en al menos dos ocasiones anteriores. Más grave aún: los restos encontrados aquí hace más de tres años aún no han sido procesados para su identificación.
«Además, en el trabajo con los servicios médicos forenses locales encontramos una gran cantidad de irregularidades, como fichas incompletas y con identificación sin número o secuencia lógica, con fotografías insuficientes o defectuosas, sin evidencia de que se haya realizado la toma de muestras de ADN y con fotografías de varios cuerpos mezclados en la misma ficha, entre otros graves errores», lamentaron.
Por ello, los colectivos de familiares realizaron exigieron, ante la insuficiente capacidad forense ordinaria del Estado, la implementación del Mecanismo Extraordinario de Identificación Forense al que se comprometió la Comisión Nacional de búsqueda en noviembre pasado.
Además, se urgió a que el Estado acepte la competencia del Comité para las Desapariciones Forzadas de la ONU, de manera tal que que las familias de personas desaparecidas que no han tenido acceso a verdad y justicia puedan acceder a este mecanismo. «Han pasado ya casi seis meses desde que el presidente de la República dio la instrucción en este sentido sin que hasta la fecha se haya concretado», destacaron.
La brigada también reconoció el «ejemplar trabajo» realizado por las familias conformadas en los colectivos de Poza Rica, Papantla, Tihuatlán, Coatzintla y Martínez de la Torre y celebró el modelo de atención a desaparecidos desarrollado por el Ayuntamiento local e impulsado por estas familias organizadas. «El estado de emergencia que se vive en esta zona solamente podrá ser remontado de la mano de las familias y en la medida en que las autoridades de todos los niveles asuman las funciones que les corresponden», consideraron.
«Finalmente, llamamos a que se implemente en la región una política integral de búsqueda que contemple la reacción inmediata ante las denuncias y el trabajo coordinado con los colectivos de familiares de la zona. Para este trabajo, es fundamental el compromiso de las iglesias locales, tanto católicas, evangélicas, entre otras, para seguir abonando e impulsando un proceso de construcción de paz y reconstrucción del tejido social en la zona norte del estado de Veracruz», llamaron.