Ciudad de México, 10 de septiembre de 2019. Las políticas implementadas para contener a las personas migrantes puestas en marcha por los gobiernos de Estados Unidos, México y Centroamérica aumentan el riesgo de violaciones a derechos humanos, especialmente de niños y niñas, advirtió ayer la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.
En su discurso de apertura de la 42a sesión del Consejo de Derechos Humanos, en Ginebra, la Alta Comisionada puntualizó que lo que más le alarma es que niños continúen en centros de detención en Estados Unidos y México, ya que ello contraviene principios fundamentales del derecho internacional, y señaló que nada justifica el trauma tan profundo que supone para las y los niños la separación de las familias.
La funcionaria señaló que es un retroceso el viraje en la gestión regional de la migración.
Bachelet también cuestionó la legalidad del Protocolo de Protección de Migrantes, la política unilateral de EE UU que establece que los solicitantes de asilo deben esperar en México a que una Corte estadounidense decida si su petición procede. «Los acuerdos para devolver personas a estos u otros países no pueden considerarse legales si no se respetan los derechos humanos internacionales y el derecho de los refugiados», sostuvo.
«Las políticas y prácticas que tienen como objetivo evitar físicamente que los migrantes lleguen al Estado de destino son, simplemente, retrasos. Ni ellos ni las llamadas políticas de ‘tolerancia cero’ detendrán las fuerzas que impulsan a las personas a irse», sostuvo. Resaltó que estas políticas sólo presionan a las familias desesperadas para que tomen rutas más riesgosas, donde puedan estar expuestas a violencia física, la trata de personas, violencia sexual y otros delitos.