Ciudad de México, 30 de julio de 2109. La organización Global Witness, al presentar su informe anual, advirtió que la lucha por proteger la tierra y el medio ambiente
se ha vuelto cada vez más peligrosa en México, con
al menos 14 personas asesinadas sólo en 2018.
Esto coloca a nuestro país en el sexto lugar mundial de letalidad para defensores del territorio.
Este año, por primera vez, Global Witness también alerta sobre la criminalización de las y los activistas y sus comunidades; evidencia presente en todos los continentes muestra que los gobiernos y las empresas están utilizando los tribunales y los sistemas legales de los países como instrumentos de opresión contra quienes amenazan su poder e intereses.
En 2018 se reportó el asesinato de 164 personas defensoras de la tierra y el medio ambiente, lo que significa un promedio de más de tres asesinatos por semana, además de muchas más personas defensoras atacadas o encarceladas.
Los países con el mayor número total de personas defensoras de la tierra y el medio ambiente cuyos asesinatos fueron registrados fueron Filipinas (30), seguida por Colombia (24), India (23) y Brasil (20). El mayor aumento en la cantidad de asesinatos se produjo en Guatemala, con cinco veces más asesinatos, lo que lo convierte en uno de los países más sangrientos per cápita, registrando 16 asesinatos.
La minería fue el sector más mortal, con 43 personas defensoras asesinadas por protestar contra los efectos destructivos de la extracción minera en la tierra de las comunidades, sus medios de vida y el medio ambiente. Hubo una escalada de asesinatos de personas defensoras que luchan por la protección de las fuentes de agua, los cuales pasaron de cuatro en 2017 a 17 en 2018.
Más de la mitad de los asesinatos cometidos en 2018 ocurrieron en América Latina, región que ha sido clasificada de forma sistemática como el continente más afectado desde que Global Witness comenzó a publicar datos sobre asesinatos en 2012.
Global Witness pudo vincular a las fuerzas de seguridad del Estado con 40 de los asesinatos. Actores privados como sicarios, bandas criminales y terratenientes también fueron los presuntos agresores en 40 muertes. La criminalización y las demandas civiles agresivas se están utilizando para sofocar el activismo ambiental y la defensa de los derechos a la tierra en todo el mundo, incluso en países «desarrollados» como EE. UU. y el Reino Unido.