- Destaca relevancia de las mujeres defensoras en todo el mundo.
Ciudad de México, 10 de diciembre de 2018. Mujeres activistas de todo el mundo han estado en la vanguardia de la batalla por los derechos humanos en 2018; así lo ha manifestado Amnistía Internacional en el lanzamiento de su resumen de la situación los derechos humanos a lo largo del año.
Además, la organización de derechos humanos ha advertido de que los actos de esos dirigentes mundiales “de mano dura” que están impulsando políticas misóginas, xenófobas y homófobas han vuelto a poner en peligro derechos y libertades reconocidos hace mucho tiempo.
“En 2018 hemos visto a muchos de estos líderes que se autocalifican de “duros” tratando de menoscabar el principio mismo de la igualdad, que es la piedra angular del derecho de los derechos humanos. Piensan que sus políticas los hacen duros, pero no son más que tácticas intimidatorias dirigidas a demonizar y perseguir a comunidades ya marginadas y vulnerables”, ha declarado Kumi Naidoo, secretario general de Amnistía Internacional.
“Sin embargo, las mujeres activistas son las que este año han ofrecido la visión más potente de cómo combatir a estos dirigentes represivos.”
Las conclusiones se publican en Derechos Hoy, un importante resumen que analiza la situación de los derechos humanos en siete regiones del mundo: África, las Américas, Asia Oriental, Europa y Asia Central, Oriente Medio y el Norte de África, Asia Meridional y el Sureste Asiático. Su presentación conmemora el 70 aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, la primera carta de derechos fundamentales de alcance global, adoptada en 1948 por los gobiernos del mundo.
En las Américas, advierte el informe, presenciamos un entorno regresivo para los derechos humanos en 2018, con un alarmante aumento de los asesinatos de defensores y defensoras del medio ambiente y dirigentes sociales en países como Colombia, y la aparición de líderes con un discurso radical contrario a los derechos humanos, como el presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro. Mientras, las crisis de derechos humanos en Venezuela y América Central han llevado a la población a huir de sus hogares en busca de seguridad en una escala sin precedentes en la región. Aunque varios países de las Américas han acogido a las personas necesitadas de ayuda, las autoridades estadounidenses han reaccionado dividiendo y deteniendo a las familias, así como restringiendo su derecho a solicitar asilo.