* Fumigaciones y tala afectan el territorio de pueblos originarios.
Ciudad de México, 28 de septiembre de 2018. Fumigaciones que causaron muerte masiva de abejas, tala excesiva de monte que ha causado deforestación y otros severos daños ambientales y afectaciones a la salud derivada de la actividad agroindustrial denunciaron integrantes de la comunidad maya de Dzonot Carretero, municipio de Tizimín, Yucatán, ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, la Secretaría de Salud y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios .
«Entre el 11 y el 22 de julio se realizaron una serie de fumigaciones en diversos ranchos propiedad del empresario Jacobo Xacur Eliure teniendo como consecuencia la muerte de abejas y de una gran cantidad de plantas melíferas como el boxcatzin, huaxim y la majahua que se encontraban para inicio de floración para la cosecha y almacenamiento de la cosecha de reservas de miel. También se ocasionaron otras pérdidas como el cultivo de calabaza y de sandía», relataron integrantes de la comunidad.
Como resultado de las fumigaciones, en la comunidad se perdieron 26 colmenas y otras 40 resultaron afectadas por mortandad continua; 108 colmenas se encuentran con mortandad del 50 por ciento, además de los posibles riesgos que estos hechos representan para la salud de las y los habitantes de Dzonot y otras comisarías aledañas.
Aunado a lo anterior, las y los pobladores de Dzonot Carretero denunciaron que en la región ha crecido alarmantemente la deforestación derivada de la extensión de la frontera agrícola, con talas constantes de selva y quemas que afectan diversos tipos de fauna silvestre a las que les destruyeron por completo su ecosistema, como el coatí, el mapache, la zorra roja, el mono araña, los armadillos, los conejos, venados cola blanca, tigrillos, zorrillos, jaguares y diversas especies de víboras, la tortuga terrestre e iguanas. Dentro de la flora afectada se encuentra la destrucción de árboles y plantas como el zapote, jabín, tzalam, pucté, chechén, granadillo, tinto, palmas, ceibas, cedros y bojón.
«Dzonot Carretero, como pueblo originario, tiene derecho a la protección del medio ambiente, tanto a través de las instancias competentes como a participar en el diseño de las acciones para el cuidado de sus recursos naturales y tiene derecho a decidir acerca de las actividades que pueden desarrollarse en sus territorios y son compatibles con el entorno, su cultura y sus actuales actividades económicas y formas de subsistencia», señaló Indignación, la organización que acompaña a las y los pobladores.
«Cabe resaltar que estos hechos se han denunciado sistemáticamente ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente sin que hasta la fecha se tenga respuesta alguna. La última denuncia, presentada a través del sistema electrónico de denuncias fue realizada el día 14 de agosto por un integrante del Equipo Indignación, sin que hasta la fecha dicha dependencia haya emitido una respuesta o enviado inspectores a recoger evidencia y levantar un acta por los hechos sucedidos. Lo anterior exhibe que las dependencias federales actúan al servicio de intereses privados, poniendo en riesgo la vida, la integridad, la salud y los medios de subsistencia de las comunidades de la región», agregaron.