* Su figura se volvió emblemática cuando confrontó al presidente Felipe Calderón por su Guerra contra el Narcotráfico
Ciudad de México, 29 de agosto de 2018. Con 10 años de búsqueda incansable de sus cuatro hijos desaparecidos, habiendo fundado dos de las iniciativas más importantes de familiares en búsqueda en México y acompañando a miles de personas que no encuentran respuesta en las instituciones del Estado mexicano, María Herrera le pide perdón a sus muchachos por no haberlos encontrado aún.
Ayer, la incansable buscadora conmemoró una década de la desaparición de sus hijos, arropada por las organizaciones y las familias con las que ha trabajado.
Originaria de Pajacuarán, Michoacán, María Herrera es madre de ocho hijos. Raúl Trujillo Herrera de 19 años, y Salvador Trujillo Herrera, de 24, fueron desaparecidos en el año 2008 en Atoyac de Álvarez, Guerrero. Dos años después, Luis Armando Trujillo Herrera, de 24 años, y Gustavo Trujillo Herrera, de 28, fueron desaparecidos en el estado de Veracruz.
Tras aportar elementos a la investigación que no fueron tomados en cuenta, y tras comprobar la complicidad de las autoridades con el crimen organizado, la familia Trujillo Herrera se incorporó al Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad. Durante los diálogos de éste con el entonces presidente Felipe Calderón, en el año 2011, doña María increpó al mandatario por los daños sociales de su Guerra contra el Narcotráfico. En ese momento, su voz quebrada por el llanto, pero firme, se volvió emblema de las mile de víctimas que ya se acumulaban por todo México.
La exposición mediática no significó avances en el expediente. Mientras tanto, la familia siguió trabajando y realizando las labores de búsqueda y asesoría que le corresponden al Estado. Así, en 2013 nació Red de Enlaces Nacionales, una coordinación de organizaciones en búsqueda de personas desaparecidas de distintos estados de la República. En 2014 se fundó Familiares en Búsqueda María Herrera A.C que, en conjunto con Enlaces Nacionales, han construido una gran red de familias en búsqueda a lo largo de todo el país. Ya para 2016, las organizaciones de familiares lanzaron la primera Brigada Nacional de Búsqueda, que ha descubierto fosas clandestinas en varios estados del país.
Ayer, en conferencia de prensa, las y los acompañantes de doña Mari y su familia reconocieron sus aportes para este «país doliente». Santiago Corcuera, ex integrante del Comité CED de la ONU, señaló la necesidad de reformar las estructuras de procuración de justicia; Alán García, de la ONU-DH, señaló que es una «heroína» de nuestro tiempo que demuestra que las desapariciones tienen solución; mientras que Pietro Ameglio, de Serpaj, celebró su fuerza moral y señaló el vínculo entre las desapariciones del Terrorismo de Estado -selectivas- y las actuales -indiscriminadas-, que buscan romper el tejido social.
No existe el “acto de magia” en la desaparición forzada, es un “pacto de poderes”, sostuvo, por su parte, Ileana Iñiguez, académica y acompañante de la familia Trujillo Herrera. Alberto Solís, de Serapaz, habló de la transformación del dolor en esperanza.
Doña María Herrera advirtió que son miles de madres las que están impulsadas por el dolor y la indignación, y señaló que aunque está cansada de llorar, seguirá buscando a sus cuatro hijos. Para cerrar, señaló que ella sí está dispuesta a perdonar «si nos devuelven a todos lo que nos faltan» y trabajan para terminar con las desapariciones.