* La insistencia en volver a una verdad histórica desacreditada científica y fácticamente tortura innecesariamente a madres y padres.
Ciudad de México, 14 de marzo de 2018. «Nos vamos muriendo poco a poco al no saber de nuestros hijos; lo que le pedimos al gobierno es nada más la verdad». Esta frase de doña Hilda Hernández, madre de César Manuel, uno de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos, resume a la perfección el dolor diario y reiterado cuando se sufre la desaparición de un familiar, como lo expone el informe Yo sólo quería que amaneciera. Impactos psicosociales del caso Ayotzinapa, presentado en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco.
Ximena Antillón, coordinadora del informe e integrante de Fundar, Centro de Análisis e Investigación, explicó que la única reparación posible para estas familias parte de conocer la verdad de lo sucedido y de obtener justicia. Sin embargo, remarcó Haydée Pérez, directora de la organización, el gobierno desperdició la oportunidad de comprometerse con ello al negarse a firmar una declaración de intención de que cumpliría las recomendaciones del informe.
La realización del documento, que tomó más de un año de inmersión de un equipo multidisciplinario en las familias y las comunidades de los normalistas, viene de recomendaciones hechas tanto por la la Comisión Nacional de los Derechos Humanos como del Grupo Interdisciplinar de Expertos Independientes, y responde al mandato de poner en el centro de la investigación y las políticas públicas a las víctimas, cuya voz es la guía en este documento.
Sin embargo, en vez de buscar la verdad, resaltó Mario Patrón, director del Centro Prodh, el gobierno eligió salir del escollo que le representaba la presión por el caso no encontrando a los estudiantes y fabricando la «mentira histórica», y ahora no quiere pagar el precio de ello ni comprometerse porque ello implicaría desmontar las redes de complicidad entre crimen organizado y autoridades mucho más allá del nivel municipal. Advirtió de la tentación de querer volver a un versión de la mentira histórica para encubrir a los funcionarios que desviaron la investigación.
La “verdad histórica” expuso a los familiares a un sufrimiento innecesario; fueron revictimizados con esta versión de los hechos que está demostrado que no tiene sustento científico, insistió Haydée Pérez.
Ricardo Raphael, director del centro cultural y quien hizo un llamado a no ceder al olvido, señaló que el informe da continuidad a los procesos individuales del caso Ayotzinapa que además, impacta a un pueblo, a una comunidad, a un país, y en este caso termina siendo un dolor planetario:
Por su parte, el representante del Comité sobre Desaparición Forzada de la ONU (CED), Rainer Huhle, sostuvo que reparar es mucho más que dar migajas a las personas, «es un esfuerzo que nos concierne a todos porque afectados estamos todos».