*Sergio Sánchez fue condenado a 27 años de prisión con base únicamente en un testimonio falso.
Ciudad de México, a 01 de febrero de 2018. Tras más de siete años de prisión injusta, un Tribunal Colegiado concedió hoy un amparo liso y llano a Sergio Sánchez Arellano, quien al filo de las 22 horas salió de la penitenciaría de Santa Martha Acatitla por no haber pruebas que lo incriminen en el delito del que se le acusó.
Al ser recibido por su familia y representantes de Amnistía Internacional y el Centro Prodh, quien llevó su defensa, el vendedor de dulces señaló que el proceso legal injusto le había robado la vida, y que ahora tenía que reconstruirla.
Sergio es un indígena mazahua que se vio obligado a emigrar a la Ciudad de México con su familia debido a las difíciles condiciones de vida que enfrentaban. «El proceso injusto contra Sergio, que ha afectado también a su familia entera y especialmente a sus hijos, es una muestra de la discriminación y la criminalización que viven las personas pobres, indígenas y emigrantes», señaló el Centro Prodh. Sin acceso a una defensa adecuada en las primeras etapas de su proceso, el indígena enfrentaba una condena de 27 años.
Sergio Sánchez fue detenido el 29 de marzo de 2010 y fue inculpado por un homicidio y un robo que no cometió. Fue condenado por un juzgado de la Ciudad de México con base únicamente en el testimonio falso de una persona, en el que ni siquiera hubo un defensor presente para el mazahua. Aunque su defensa apeló la decisión, el Tribunal Superior de Justicia validó la sentencia.
Ya siendo defendido por el Centro Prodh, Sergio presentó un amparo y el Noveno Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito tomó el asunto. De una forma paradójica, las magistradas y el magistrado integrantes del tribunal determinaron que tanto la detención como el supuesto reconocimiento de la persona que señaló a Sergio fueron ilegales, pero lo mantuvieron en prisión bajo una sola prueba, alegando que el hecho de que la misma persona –que posteriormente sería despedida de su trabajo por mentir en cuestiones concernientes a otras declaraciones como testigo en otros juicios-haya reiterado su dicho ante el juez era suficiente.
El asunto llegó a la Primera Sala de la Suprema Corte, que sin dudarlo determinó que el tribunal colegiado debía invalidar todas las pruebas derivadas del reconocimiento ilegal y otras que se refirieran a ella; también precisó que se debían revisar las restantes pruebas partiendo del principio de la presunción de inocencia. Al revisar el resto de pruebas, ninguna de las cuales vinculaba a Sergio con los hechos, el tribunal decidió por mayoría ordenar la liberación.
«He vuelto a nacer», declaró anoche Sergio. Afirmó que lo único que quiere es volver con su familia y visitar la tumba de su madre, fallecida mientras él estaba en prisión.