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Inusitada insistencia en que no representa “el continuismo a absolutamente nada”.
En una deslucida ceremonia que no contó con la asistencia de los coordinadores parlamentarios y que fue adelantada por motivos no suficientemente claros (la gestión de José Luis Soberanes termina hasta el 16 de noviembre), Raúl Plascencia rindió protesta ante la Cámara de Senadores el día de ayer, martes 10 de noviembre. Si bien el nuevo ombudsman trató de dar declaraciones generales y relacionadas con su nueva función, reconociendo la existencia de un “rezago muy profundo en el conocimiento de los derechos humanos, pero también en la defensa de los derechos humanos”, ciertamente estas quedaron totalmente eclipsadas por su inútil intento de negar que su nombramiento signifique la continuidad de la gestión de la actual administración.
Mientras él rendía protesta, en el exterior del recinto, grupos civiles como Eureka protestaban por su designación y expresaban su preocupación por el papel que puede jugar en la política de derechos humanos de nuestro país, pues aseguraron que su papel al frente de un programa institucional para atender el problema de los desaparecidos fue de “absoluto desinterés”. Incluso un grupo de organismos civiles informó que ha interpuesto un amparo contra la designación de Plascencia, mismo que será resuelto en los próximos días.
En cuanto a los temas sustantivos de su gestión puso en el centro de los mismos al tema de la seguridad pública sobre lo que afirmó que “desde el primer día buscaré canales de comunicación y diálogo con las autoridades encargadas de procurar justicia para que no sólo se detenga a los responsables de actos delictivos y se supere ese nivel de ineficiencia de que 98 por ciento de los delitos quedan impunes, sino que se avance en condiciones de mayor prevención”. Llamó la atención la ausencia de menciones de su parte a los DESC.