*Más de 50 derechos humanos son vulnerados al impedirles realizar su servicio comunitario
Por Olivia Vázquez Herrera
México, D.F.- En el contexto de la conmemoración del Día Internacional de la Partera —declarado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU)— y pese a que en diversas ciudades del mundo se realizan foros y eventos; en nuestro país, las mujeres que se dedican a ofrecer este servicio comunitario, siguen exigiendo respeto y reconocimiento por parte de las autoridades así como la preservación de sus tradiciones y costumbres.
En este sentido, parteras hidalguenses denunciaron ante el Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP), en noviembre pasado, amenazas, hostigamiento, criminalización e incluso intervención en sus labores, por parte del personal médico, administrativo y auxiliar de los hospitales aledaños. Al respecto, las parteras de la huasteca hidalguense han señalado que de ninguna manera están en contra de los hospitales y que respetan la labor de quienes laboran en ellos.
Durante el encuentro con las y los jueces del TPP, las mujeres relataron que, aunque muchas de ellas ya cuentan con la acreditación de la Secretaría de Salud (Ssa), no cuentan con el apoyo suficiente del gobierno, pues en ocasiones las envían a comunidades alejadas pero no se les proporciona el apoyo económico para trasladarse. En otros casos, las parteras han recibido material para llevar a cabo su labor, sin embargo, éste les es retirado en cuanto termina el acto público.
De igual forma, señalaron que les prohíben llevar a cabo sus labores como dicta la tradición ancestral: No pueden utilizar hierbas y plantas medicinales ni les permiten dar los masajes a las mujeres que atienden, ya que las autoridades amenazan con encarcelarlas si algo le ocurre a las pacientes. Además, en ocasiones las obligan a llevar a las mujeres que atienden a los hospitales y centros de salud, sin embargo, las parteras comentaron que éstos a veces no cuentan ni con los recursos ni con la infraestructura para atenderlas.
La discriminación también se hace presente, pues la mayoría de las mujeres que asisten los embarazos así como las pacientes no hablan español, por lo que, al asistir a algún hospital o centro de salud las regañan por hablar en una lengua indígena. De igual forma, denunciaron que, debido a que no hablan español, las mujeres que se atienden con ellas son engañadas por el personal de los hospitales y las operan sin su consentimiento.
Es importante recordar que la partería es una práctica que está reconocida dentro de la Ley General de Salud así como en sus reglamentos, por lo que, al impedir o desacreditar el gobierno el oficio de las parteras, están infringiendo la ley.
Cabe mencionar que, además de los anteriores, más de medio centenar de derechos humanos tanto individuales como colectivos —que se encuentran dentro de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, de la Ley de Derechos Y Cultura Indígena para el Estado de Hidalgo y en la Constitución Política de los Estados Unidos Méxicanos— se vulneran al impedírseles realizar su servicio comunitario: libre autodeterminación como pueblo indígena, el respeto y preservación de tradiciones y costumbres, la integración de su cultura a la elaboración de políticas públicas, a la preservación de su propiedad intelectual y conocimiento, por mencionar algunos.
En este sentido, las parteras dijeron al TPP que es necesario que el gobierno reconozca su labor y que se respeten sus tradiciones y costumbres así como su autodeterminación como pueblo. Asimismo pidieron ser tomadas en cuenta en el proceso de diseño, implementación y evaluación de programas de salud en sus comunidades y que dentro de éstos sean considerados su cultura e instituciones nahuas.