* Opinión
Por Fernando Ríos/Centro Prodh
El nivel de vida de las y los mexicanos en general, no ha crecido desde 2008, incluso ha habido un retroceso. Los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH 2012) dados a conocer el pasado 17 de julio muestran que los ingresos de absolutamente todos los niveles socioeconómicos se han visto disminuidos desde 2008.
En los hogares seguramente los padres de familia han percibido que el dinero alcanza cada vez menos y que la canasta básica es insuficiente. En estas circunstancias la población se encuentra cada vez más expuesta a los gastos catastróficos y a la disminución en los gastos de educación, salud, vivienda y vestido, entre otras.
Los gastos catastróficos son aquellos causados por enfermedades o tratamiento médicos que exceden 30 por ciento de los ingresos. Por esto es cada vez más urgente la necesidad de dedicar mayor proporción del ingreso en el gasto de alimentos, por ejemplo 10 por ciento de los hogares más pobres (el decir con menos ingresos) dedica un 52.1 por ciento, dejando muy poco de su ingreso para otros muchos tipos de gasto necesario para un desarrollo pleno. Este es un indicador del crecimiento de la pobreza.
La vulnerabilidad de los derechos fundamentales es mayor en estas condiciones y la integralidad de los derechos es golpeada por la pobreza. Hace años veíamos que el nivel de vida era precario y ahora con tristeza vemos que éste se ha agudizado. La capacidad para garantizar todos los derechos está deteriorándose y por lo tanto si uno de los derechos se ve afectado en escalada el resto también se ve afectado.
Amarthia Sen, Premio Nobel de Economía en 1998, afirma que la pobreza no es solamente la falta de ingresos, sino la incapacidad para desarrollar todo el potencial de la persona como ser humano; la violación a los derechos económicos, sociales y culturales (Desca) atenta directamente contra el bienestar de toda la sociedad. Buscar un desarrollo armónico en el país implica abordar el problema de la pobreza desde los distintos derechos.
El informe de la ENIGH 2012 destaca que hubo incremento del 1.5 por ciento del ingreso a precios constantes, es decir, tomando en cuenta la inflación, sin embargo, lo terrible es que de 2008 a 2010, se perdió 12.3 por ciento. Además, la inflación de algunos productos ha sido exorbitante, por ejemplo, la carne de res ha subido 46.32 por ciento, el frijol 52.12, la gasolina magna 58.26 y el huevo 76.8 por ciento.
Estos resultados de la ENIGH significan un retroceso en los derechos económicos y sociales porque no se ha podido recuperar el nivel de ingresos que se tenía en 2008. La condición de vulnerabilidad de los deciles con menos ingresos se ha agudizado y con ello se ha hecho rehén de la pobreza a millones de la población mexicana, que tendrán que luchar aún más para desarrollar todas sus capacidades.