*Opinión
Por Ana Luisa Nerio Monroy
En un Estado moderno y democrático la seguridad no podría entenderse si no es dentro de los parámetros del respeto, protección y garantía de los derechos humanos. En México el tema de la seguridad tiene años en crisis debido al incremento de la violencia y criminalidad que existe en todo el territorio.
Una de las propuestas del gobierno federal para contar con una manera de frenar la inseguridad es la Gendarmería nacional.
Cuando era candidato a la presidencia de la República, Enrique Peña Nieto colocó la propuesta de creación de una Gendarmería nacional. En los últimos meses hemos encontrado pocas notas en periódicos y declaraciones en medios de comunicación de algunos servidores públicos. En realidad es poco lo que se sabe de esta Gendarmería nacional ya que al parecer, ni siquiera el propio gobierno federal lo tenía claro.
En un inicio se decía que la Gendarmería nacional sería creada por decreto, a lo que varias organizaciones avocadas al estudio en materia de seguridad ciudadana respondieron con la exigencia de que el tema se discutiera de manera más amplia y fuera un tema legislativo. Hoy se sabe que la Gendarmería nacional estará dentro de la Policía Federal Preventiva, por lo que ni decreto ni ley serán necesarias.
¿Qué es la Gendarmería nacional? Expertos en temas de seguridad ciudadana como Ernesto López Portillo, Director de Insyde A.C, señalan que con base a la investigación y análisis que han realizado algunas personas preocupadas en la temática, la Gendarmería está concebida como una especie de policía de proximidad con entrenamiento militar, educada para realizar ciertas labores de inteligencia y con armamento especial y que estarán en zonas rurales, semi-rurales y algunas conurbanas que presenten alta conflictividad e inseguridad. El entrenamiento militar puede responder a la necesidad de disciplina en la policía ya que es sabido que el gobierno federal no confía ni en su policía y mucho menos en las estatales.
El tema de fondo para los derechos humanos no es la Gendarmería Nacional en sí misma, sino el impacto y todo apunta a que seguirán existiendo violaciones a los derechos humanos cometidos por este tipo de cuerpos policiales mientras no se cambie el paradigma de seguridad que tiene el gobierno y que no ha variado sustancialmente del periodo calderonista.
De acuerdo con López Porillo Vargas, todas las policías del mundo tienden a excederse y abusar del poder si no se les imponen controles internos y externos. Por ello, el pensar en contralorías ciudadanas es una propuesta para verificar que los distintos cuerpos policiales no se excedan en sus funciones.
Para el gobierno actual y por desgracias para un amplio sector de la población, la seguridad se equipara con el número de policías que hay en las calles, pero esta visión conservadora y autoritaria poco tiene que ver con un modelo de seguridad con enfoque de derechos humanos en donde además de los controles en torno a las acciones policiales, es indispensable trabajar en construir, reconstruir y reforzar el tejido social.
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