A más de 15 años de la masacre en Acteal —22 de diciembre de 1997—, las Abejas de Acteal emitieron un comunicado para difundir que están en resistencia ante las intenciones del actual gobierno local y federal de apropiarse de su territorio y de las riquezas, luego de que Enrique Peña Nieto “quiere entregar el petróleo mexicano a los extranjeros”.
Desde el año de 1993, un año antes del levantamiento zapatista, “las Abejas hicimos una lucha contra la exploración de petróleo que estaba haciendo el gobierno en nuestro territorio. Fue una lucha no violenta que hicimos con movilizaciones en los cerros porque nuestra madre tierra también iba a sufrir si se empezaba la explotación del petróleo. Ahora vemos que Enrique Peña Nieto fue a Europa a decirles a los gobernantes de los ocho países más ricos del mundo que ya pueden venir por nuestro petróleo. No lo consultó con las y los mexicanos”.
Señalaron que el plan del gobierno es reprimir a todos los que no está de acuerdo con sus ideas que son las del neoliberalismo, coartar a quienes quieren defender los derechos de los pueblos originarios, los derechos de la madre tierra y los derechos del pueblo de México. A dicho plan las Abejas lo llaman: las “balas de plomo”. Como ejemplos mencionan Acteal y a todas las represiones como Aguas Blancas, Chavajeval, Atenco, contra los estudiantes el 1º. de diciembre y el 10 de junio, contra los movimientos obreros independientes y contra todos los que se atreven a protestar.
Las Abejas asegurron que el arma del actual gobierno son las “balas de azúcar”, que se refiere a la compra de organizaciones y líderes. Con Peña Nieto, las “balas de azúcar” se preparan en grande con la llamada “Cruzada contra el Hambre” que está apoyada por las mismas trasnacionales, y que se llevan nuestras riquezas y son la causa del hambre del pueblo, puntualizaron.
Masacre de Acteal, sin justicia
Asimismo, las Abejas recordaron: “Después de la masacre de Acteal y gracias al apoyo de la sociedad civil nacional e internacional, el gobierno tuvo que ceder un poco a las exigencias de justicia y metió a la cárcel a un grupo de 87 personas que fueron los autores materiales de la masacre. Eso fue todo lo que hizo el gobierno, pero ésos no eran todos los paramilitares, hubo muchos culpables de robos, quema de casas, amenazas, agresiones, que fueron la causa de los miles de desplazamientos, pero no fueron a la cárcel ni fueron castigados de ninguna manera, porque el gobierno no quiso investigar lo que pasó antes del 22 de diciembre».
En el comunicado señalaron que algunos de esos paramilitares que no fueron a la cárcel son los que ahora están causando problemas a los creyentes católicos de la Colonia Puebla. Ahora ellos se sienten seguros porque ya vieron que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) dio la libertad a sus compañeros. El gobierno tampoco quiso investigar a los autores intelectuales, pues claro “porque eran ellos mismos”.