La Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) condena y repudia el asesinato de Arturo Hernández Cardona, Félix Rafael Bandera Román y Ángel Román Ramírez, cuyos cuerpos sin vida fueron hallados el lunes 3 de junio en la carretera federal México – Acapulco, en el municipio de Tepecuacuilco, Guerrero.
De acuerdo con la información recibida, las tres víctimas habían sido privadas de su libertad por personas aún sin identificar el 30 de mayo, junto con Gregorio Dante Cervantes, Efraín Amates Luna, Nicolás Mendoza, Jaime Castrejón y Héctor Arroyo. Todos ellos integrantes de la organización Unidad Popular (UP) de Iguala, quienes habían participado en una manifestación pública frente a una caseta de peaje en el municipio de Iguala, Guerrero.
La información difundida por los medios de comunicación señala que cuatro de los activistas, Gregorio Dante Cervantes, Efraín Amates Luna, Nicolás Mendoza y Héctor Arroyo habrían escapado con vida de manos de sus captores, mientras que aún se desconoce el paradero y estado de Jaime Castrejón.
Javier Hernández Valencia, Representante en México de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, declaró que “la indignación y alarma que produce un hecho de tal envergadura debería ser compartida y expresada como un rechazo unánime desde amplios sectores de la sociedad y la política mexicanas. Hago un llamado urgente para que se adopten medidas inmediatas y eficaces para que los sobrevivientes, constituidos hoy en testigos excepcionales de este abominable crimen, reciban la debida protección y garantías para el esclarecimiento de los hechos y sanción de los responsables, incluyendo medidas que se extiendan a salvaguardar a sus familias y demás integrantes de la dirigencia de la Unidad Popular».
La ONU–DH instó a las autoridades a desarrollar de manera diligente una investigación seria, completa, imparcial e independiente sobre estos hechos para sancionar a los responsables, desplegar todo el esfuerzo para encontrar con vida a Jaime Castrejón y prevenir la comisión de agresiones en contra de otros miembros de la Unión Popular y de cualquier otro movimiento social o político.
Por último, la ONU- DH invocó a las autoridades locales y federales a rodearlos prontamente del marco de asistencia y acompañamiento que su exigencia de justicia merece.