El fin de semana se cumplió un año del surgimiento del movimiento #YoSoy132, el cual inició en la Universidad Iberoamericana, logrando convocar a miles de estudiantes de instituciones públicas y privadas, con el objetivo de exigir el derecho por una democracia auténtica.
Las posibilidades/Desinformémonos
El #YoSoy132 actualmente es el principal referente organizativo de las y los jóvenes mexicanos, es un espacio que articula una pluralidad muy amplia de posiciones políticas y precisamente por ello mantener la unidad es una tarea delicada; es una de sus mayores virtudes y probablemente la más vulnerable.
Hoy #YoSoy132 debe reconocer que, como todo movimiento, ha superado la etapa de movilizaciones masivas para convertirse en una semilla de organización estudiantil; es la posibilidad de tejer quizás la organización estudiantil más grande que ha tenido en México, con presencia en varios estados de la República y con grupos de trabajo en varios países, con una capacidad de movilización propia, que promueve la autonomía de los individuos para hacer política y la autonomía de los colectivos para diseñar estrategias.
Los retos que tiene el proceso dependen de su capacidad para comprender la complejidad del momento histórico que nos ha tocado vivir, analizar con calma e inteligencia la ofensiva que el estado prepara contra el pueblo, fortalecer lo que los une y no lo que los divide, de tal manera que pueda ser un actor que confronte al gobierno de Peña Nieto y a los poderes fácticos que lo sostienen, pero además que mantenga su calidad ética para que todos los sectores de la izquierda se sientan incluidos, y sobre todo la sociedad civil que es la verdadera fuerza de este movimiento.
#YoSoy132 es ahora una identidad que aparece en todas partes, ya no es las marchas de decenas de miles, el futuro es incierto, pero la experiencia acumulada en la confrontación con el poder no es gratuita, la intensidad de estos doce meses es ahora la esperanza para un México al que le duele todo y que tiene tanta fe en su juventud.