Por Fernando Ríos/Centro Prodh
Hace unos días el secretario de Gobernación anunció que iniciaba el declive de la violencia, pues señalaba que sólo había 4 mil 500 asesinatos en poco más de cuatro meses. Esto ha dado pie para que se revisen las acciones emprendidas por el gobierno federal. Así como opiniones de expertos en el tema de seguridad.
Javier Hernández, representante en México de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH), afirmó que la reducción de homicidios en México no es producto de la nueva estrategia de seguridad del gobierno, sino de los nuevos acomodos y acuerdos de los grupos criminales.
Por otro lado también resulta parcial que se evalué la seguridad con unos cuantos indicadores, por lo menos se debería evaluar con los indicadores sobre los delitos tipificados para la delincuencia organizada que son más de 20. Es escandaloso el números de asesinatos y muestra la insensibilidad gubernamental para tratar temas tan sensibles. Resulta reprobable que se siga relacionando tan fácilmente el número de homicidios dolosos con el crimen organizado, sin que haya investigaciones que sustenten los dichos.
¿Es lo mejor buscar que terminen los muertos a cualquier precio? Si es cierto verdaderamente que se redujo en 17 por ciento la reducción de homicidio en el primer cuatrimestre de la administración, vale la pena evaluar cómo se ha dado. Los expertos coinciden en señalar que más allá de haber centralizado las tareas policiales en la persona de Osorio Chong, no hay diferencias sustanciales con la estrategia de Felipe Calderón. Si las circunstancias que dieron pie al inicio de la violencia sistemática continúan, es poco creíble que se estén encontrando caminos adecuados que nos den la certidumbre de una paz permanente y fincada en la justicia. Se puede sospechar con argumentos sólidos de que un mayor riesgo pueda estar por venir, si lo que pasa ahora es una paz fincada en cierta “buena voluntad” del narco por reducir sus enfrentamientos.
Las consecuencias de las miles de personas asesinadas en años pasados, la habremos de sufrir en las próximas décadas. En la pirámide poblacional encontraremos que buena parte de las personas asesinadas son jóvenes entre 12 y 25 años.
La exposición del secretario de Gobernación es apenas el inicio de una serie de apariciones que enfrentará para ir buscando la solución pacífica ante la situación que se encuentra el país. Sin embargo, será necesario que no se haga sordo ante los expertos no gubernamentales en el tema, ni ante las expresiones de dolor de miles de ciudadanos. Una paz a cualquier precio no es la solución.