En esta semana, Enrique Peña Nieto presentó un programa denominado “Cruzada Nacional Contra el Hambre”. De acuerdo con lo anunciado, dicho programa busca coordinar el trabajo de dependencias estatales y federales ya existentes con el objetivo de mejorar su eficacia en el combate contra la pobreza.
Al respecto, Amnistía Internacional (AI) se pronunció por una estrategia adecuada en contra del hambre y por consiguiente de la pobreza, que constituya un paso en la dirección correcta para poner fin a esta grave y urgente crisis, pero señaló que falta de claridad sobre cómo se ejecutará esta estrategia.
Mediante un comunicado, el organismo consideró que por su extensión, la pobreza es una de las crisis de derechos humanos más profundas que enfrenta México y como tal debe ser abordada por las autoridades para tener impacto sobre las comunidades afectadas.
Recordó, que los últimos presidentes de México, también se habían comprometido a acabar con la pobreza, las cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) señala un aumento sustancial en el número de personas en pobreza entre 1990 y 2010. El actual gobierno federal debe indicar claramente las acciones que tomará en el corto, mediano y largo plazo para atender a toda esta población.
Amnistía Internacional consideró que las medidas anunciadas hasta el momento fallan en satisfacer ciertas condiciones fundamentales para el éxito de la estrategia. Por ello, propuso identificar y atacar las causas estructurales de la pobreza, garantizar que las personas que se beneficiarían cuenten con mecanismos para participar de las decisiones que afecten sus vidas.
Asimismo, señaló que se debe considerar integralmente la serie de privaciones que conforman la pobreza, incluyendo el acceso a la seguridad y a la justicia, así como construir mecanismos de rendición de cuentas que permita a las personas que se busca beneficiar y a la sociedad en general conocer y evaluar la eficacia de las acciones para combatir la pobreza.