Este sábado más de 80 personas, entre activistas de Amnistía Internacional (AI), integrantes del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh) y familiares, participaron en la caravana para exigir la excarcelación inmediata de José Ramón Aniceto Gómez y Pascual Agustín Cruz, autoridades indígenas nahuas que se encuentran en prisión -en Huauchinango, Puebla- por defender el derecho de su pueblo al agua.
La caravana llegó al mediodía al penal y ahí, una comisión de seis personas accedió al centro penitenciario, donde pudieron entrevistarte brevemente con José Ramón y Pascual. También, las familias de ambos pudieron estar cerca de ellos, después de los casi tres años que llevan en prisión los indígenas.
Los activistas de AI que platicaron con los defensores del agua, señalaron que estaban contentos por recibir la visita de sus familiares y por la presencia de la caravana; también refirieron que se encuentran en “buenas condiciones de salud y con buen ánimo”.
Originarios de Atla, que en náhuatl significa lugar donde hay el agua, José Ramón y Pascual fueron elegidos autoridades de esa población y mediante la repartición de tomas de agua gratuitas, garantizaron el acceso al líquido vital a más de la mitad de su pueblo. Sin embargo, el cacique local utilizó sus influencias para fabricarles un delito como forma de castigo por repartir el agua.
José Ramón y Pascual son considerados presos de conciencia por AI, quien en meses pasados reconoció su trayectoria como defensores de los derechos humanos. La representación legal, encabezada por el Centro Prodh, explicó –afuera del penal- la actual situación jurídica de los dos indígenas, se espera que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) resuelva el caso en octubre próximo.
Después de la visita al penal, donde José Ramón y Pascual pudieron escuchar las consignas coreadas desde fuera del penal por los activistas, la caravana se dirigió a Atla para conocer a las personas de la comunidad y expresarles apoyo y solidaridad frente a esta injusticia. El poblado recibió con emoción a los caravaneros. En Atla, las autoridades comunitarias agradecieron a los activistas la presencia y visibilización del caso.
La caravana terminó con un pequeño festejo entre la comunidad y los visitantes, donde además de ofrecer pan de dulce, las mujeres pudieron mostrar el tradicional trabajo de tejidos sobre manta convertida en blusas, camisas, rebozos y servilletas.