En la conmemoración por el Día Internacional de la Juventud -este 12 de agosto- el gobierno federal celebró la fecha con el anuncio de una iniciativa de ley que modifique la edad legal para el consumo de bebidas alcohólicas al pasar de los 18 a los 21 años, ya que la ingesta de dichos líquidos en este sector población se ha incrementado; mientras tanto el baile de cifras negativas en cuanto a los derechos básicos de los jóvenes siguen al alza.
En las semanas recientes, los jóvenes excluidos de la educación se han movilizado para demandar el incremento de la matrícula en las universidades públicas así como garantizar el derecho constitucional a la educación media superior, estas demandas se dan ante la cifra de casi 90 por ciento de estudiantes rechazados en la última ronda de exámenes de ingreso a licenciaturas en instituciones del Estado.
Por otro lado, la Organización Internacional de Trabajo (OIT) reportó que en América Latina viven siete millones de jóvenes desempleados, de los cuales 21.4 por ciento son mexicanos.
Según cifras de la Encuesta Nacional de Juventud, en México hay 36.2 millones de personas entre 12 y 29 años de edad. De esta cifra, señala que casi cuatro de cada diez son adolescentes de 15 a 19 años, uno de cada tres son jóvenes de 20 a 24 años y casi tres de cada diez tienen entre 25 y 29 años de edad.
De su lado, el profesor Roberto García Salgado, del posgrado de la Escuela Nacional de trabajo Social de la Universidad Nacional Autónoma de México, señaló que un millón y medio de estos jóvenes se encuentran desempleados, además son víctimas y partícipes de la violencia “los jóvenes viven un escenario de agresión estructural de Estado, dirigida hacia ellos, y algunos, por las condiciones geográficas y económicas en que viven, se ven involucrados en el desarrollo de actividades como sicarios o en asuntos propios del crimen organizado”. En este contexto, subrayó, “podríamos decir que este modo de vida se puede convertir en una forma de subsistencia”.
Se calcula que para mediados del siglo XXI existan en el mundo dos mil millones de adultos mayores con más de 60 años, lo que significará un desafío para los sistemas productivos y de seguridad social de los países.