Memoria para continuar, justicia para vivir

Tarejero

 Tarejero, Mich. Escribió Benedetti que el olvido está lleno de memoria y que mejor ejemplo que la comunidad purépecha de Tarejero, al norte de Michoacán para sentir esta frase.

Cuatro varones integrantes de la familia Guzmán Cruz –indígenas y campesinos purhépechas de Michoacán– fueron detenidos y posteriormente desaparecidos – entre 1974 y 1976- por el ejército mexicano: José de Jesús Guzmán Jiménez padre y cuatro de sus hijos, Amafer, Solón Adenauer, Venustiano y Armando Guzmán Cruz, Solón tenía apenas 15 años.

Amafer y Armando militaban en el Movimiento de Acción Revolucionario (MAR), pues como muchos otros jóvenes consideraron que ante la situación de represión y violencia la salida era la militancia en grupos guerrilleros que buscaron manifestarse contra la situación de la empobrecida población mexicana. La respuesta del Estado mexicano ante la rebelión fue reprimir de la manera más cruel e inhumana: desaparecer a la familia como una forma de amedrentamiento a los jóvenes.

Junto a los Guzmán Cruz, también fueron detenidos y desaparecidos sus primos José Luis Cruz Flores, originario de Zacapu, Michoacán, y José Luis Cruz Espinoza.

Hasta ahora, la familia y la comunidad solo saben que los Guzmán Cruz fueron retenidos en el campo militar número 1 y después la pista se pierde, como pasa con la mayoría de las mujeres y los hombres víctimas de la Guerra Sucia.mujeres

38 años después de estas desapariciones forzadas, la comunidad recuerda a la familia Guzmán Cruz cada julio con una ceremonia cívica a la que este año asistieron representantes del gobierno del estado y de organizaciones civiles.  Ha sido la familia, los hijos de doña Salud Cruz quienes impulsan esta conmemoración en la que participa la mayoría de Tarejero. El ayuntamiento de Zacapú ha instituido el 23 de julio como el Día de los Mártires de la democracia, por lo que este sábado participaron en la ceremonia los diputados Eleazar Aparicio y Armando Hurtado, autoridades locales así como un representante del gobernador del estado,  Fausto Vallejo.

También se contó con la presencia de Julio Pimentel y Blanca Hernández, ambos de la fundación Diego Lucero; David Cabañas, luchador social y representantes del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez.

En medio de la plaza principal de poblado, los asistentes saludan a la bandera mexicana y entonan el himno nacional para después ser testigos de una ceremonia purépecha en la que, mujeres mayores, las guardianas de la memoria colectiva, piden por los Guzmán Cruz pero sobre todo para que la justicia llegue a este rincón del país.

Los crímenes de Estado perpetrados durante la llamada Guerra Sucia en los años setenta y en los que se enmarca el caso de esta familia no han sido esclarecidos por las autoridades y sobre todo, las familias no han tenido acceso a la justicia.

La guerra contra los “subversivos”, intimidó a la gente de Tarejero cuando el ejército mexicano sitió el pueblo y después siguió acosando a la comunidad. Hoy, recuerdan a estos hombres no con dolor sino con ansias de justicia y buscando que en la memoria de los más jóvenes estas personas desaparecidas no sean recordador como rebeldes sin causa, sino como mexicanos que buscaron la construcción de un país más justo, menos racista, con menos pobreza y más oportunidades.

La memoria acá no se carga como un pasado del cual habrá que olvidarse, los participantes de este acto único en México comen corundas, beben cerveza bien fría al tiempo que la banda de música –fundada por José de Jesús Guzmán- homenajea la vida y la búsqueda de justicia.guzman

Si bien es importante que las autoridades reconozcan la lucha de este pueblo para obtener justicia en el caso de sus desaparecidos, también es necesario destacar la persistencia de la memoria, pues desde hace 11 años aquí se recuerda con el corazón a la familia Guzmán Cruz como luchadores sociales y constructores de la incipiente democracia en México.

Los Guzmán Cruz siguen desaparecidos pero presentes en la memoria de su gente.