En agosto del 2011 fueron desplazadas violentamente familias enteras de Nueva Esperanza, Guatemala y buscaron refugio en Tenosique, Tabasco, cerca de la frontera entre estos dos países. En octubre de ese año, una misión civil de observación, con la que participó una decena de organizaciones de derechos humanos, documentó las condiciones en las que se encontraban esas personas.
Después del desplazamiento, las familias han sido víctimas de incumplimiento y engaños por los gobiernos de México y Guatemala, por lo que conformaron el “campamento en resistencia”; a un año de los hechos continúan luchando por mejorar sus condiciones de vida.
Las familias se encuentran en condiciones precarias, lo que ha tenido como consecuencia que en abril de este año falleciera una niña de un año de edad, y más de los cien niños que viven en el campamento estén en una situación vulnerable, todo esto ante la indiferencia de las autoridades.
El colectivo Indignación elaboró un informe sobre este caso, mismo que fue incluido en el texto La Frontera olvidada, un documento que retrata la situación de los migrantes en la frontera sur de México.
El próximo 3 de agosto, se llevará a cabo en el campamento en resistencia, una reunión con las familias y el Centro de Derechos Humanos del Usumacinta, organismo que ha continuado con la observación y seguimiento del caso.
Los objetivos del encuentro son proponer y replantear alternativas que faciliten la solución de vulnerabilidad a los derechos humanos de éstas, así como continuar con el acompañamiento en la exigencia de su demandas de respeto a la vida y por condiciones más dignas.