Parte I
En medio de la efervescencia social que ha causado la reciente irrupción del estudiantado en la arena pública, particularmente –aunque no de manera exclusiva– el Movimiento #YoSoy132, resulta necesaria la reflexión y un ejercicio de memoria histórica sobre las movilizaciones estudiantiles, su presencia en la historia del país y su rol como partícipes en la incipiente construcción de la democracia en México.
El año 2012 y la irrupción de los estudiantes en las calles genera una reminiscencia al año 1956 y la lucha de los alumnos del Politécnico, la ocupación de distintas Universidades por el Ejército en década de los sesenta hasta culminar con el año de 1968, y la llamada “revolución cultural” que sacudió al mundo, y que en México tuvo su expresión en la movilización de universidades públicas y privadas articuladas en el CNH, luchando contra el autoritarismo de ese tiempo. Las luchas por la gratuidad de la educación en la UNAM, en 1985 y en 1999-2000, hasta llegar en los albores del siglo XXI, a las luchas de los normalistas de Ayotzinapa, en Guerrero y de las y los jóvenes de las casas de estudiantes en Morelia.
A 41 años del Halconazo, el estudiantado mantiene una condición de sujeto político. El 10 de junio de 1971 las heridas por la represión al movimiento del 68 seguían abiertas. Los estudiantes Politécnicos y de la UNAM salían ?nuevamente? a las plazas, después de tres años de ausencia en las calles, a una marcha para respaldar a las y los estudiantes que enfrentaban la imposición de una Ley Orgánica para la Universidad Autónoma de Nuevo León y demandaban mayor inclusión de maestros y estudiantes.
Quienes marcharon el 10 de junio de 1971 exigían la democratización la enseñanza, la inclusión de sectores históricamente marginados en el acceso a la educación como campesinos y trabajadores, aumento del presupuesto y libertades políticas y democráticas a un régimen cerrado, monolítico y autoritario. Por ello, la represión que existió como respuesta no fue sino la expresión y consecuencia de la configuración del sistema político de ese tiempo.
En el Halconazo existió una operación coordinada y la colusión de distintas instancias de gobierno tendientes a generar terror y reprimir a los estudiantes. El grupo de corte paramilitar conocido como “los halcones” realizó actos que afectaron el derecho a la vida, libertad e integridad personal, reunión pacífica y libertad de expresión de los manifestantes; cometieron asesinatos, detenciones, encarcelamiento y desaparición forzada de personas en hechos que hasta la fecha no han sido esclarecidos ni establecidas las responsabilidades de los autores.
Hasta la fecha existe una responsabilidad de Estado en la creación, entrenamiento y utilización de este grupo, en la falta de investigación y su correlato de encubrimiento, en el aliento a la impunidad con el desempeño de la FEMOSSP y en la falta de verdad sobre el número e identidad de las víctimas.
Por: Simón Hernández
Colaborador del área de Defensa del Centro Prodh