El día de ayer, 10 de mayo, alrededor de 150 madres de hijos e hijas víctimas de desaparición forzada marcharon del Monumento de la Revolución al Ángel de la Independencia, para exigir al Estado mexicano que responda con justicia y encuentre a sus familiares. Cabe recordar que en el sexenio de Calderón se cuentan ya al menos 60 mil personas asesinadas y un número que asciende a los 25 mil desaparecidos y desaparecidas.
Las madres no estuvieron solas; marcharon junto a ellas integrantes de la sociedad sensibles y solidarios, que les manifestaron que están con ellas también con una incansable búsqueda. A su paso se unieron personalidades, así como distintos integrantes de las organizaciones defensoras de derechos humanos, quienes además las apoyaron con comida, agua y alojamiento; los medios de comunicación permanecieron junto a ellas, las escucharon. Dentro de la tristeza, creció la esperanza.
Las mamás pidieron a las autoridades y al pueblo de México dejar de ser insensibles a su dolor, porque esto es símbolo de impunidad. Hicieron de todos y de todas sus hijos, explicando que no sólo están preocupadas por sus propios familiares, sino también por todos los que en este país continúan sufriendo por la guerra fallida contra el crimen organizado. Vale recordar que se unieron corazones provenientes de Chihuahua, Coahuila, Guanajuato, Querétaro, Baja California, Nuevo León y la Ciudad de México; sin embargo, también fueron solidarios los aportes que se brindaron desde El Salvador, Honduras y Estados Unidos.
Animadas, las madres dejaron el Ángel de la Independencia alrededor de las 17 horas. El día de hoy a las 11 de la mañana se encontrarán frente a las instalaciones de la Procuraduría General de la República para exigir que sea una institución coherente con sus principios y tome con seriedad cartas en el asunto: a un año de los diálogos de Chapultepec, no ha habido ni una sola investigación que haya llegado a buen término.
A las tres de la tarde, las mamás presentarán las conclusiones de la Marcha en el Centro Prodh. Después de recuperar el esfuerzo, regresarán a casa, siempre con una incansable búsqueda.