El día de lunes 7 de mayo, aproximadamente a las 22 horas, el padre Gabriel Espinoza Íñiguez y el abogado Guadalupe Espinoza Sauceda se acercaron a la entrada del sitio de Talicoyunque, pues varios pobladores han visto entrar y salir camiones como si estuvieran continuando la construcción de la presa El Zapotillo.
Al momento, los defensores de derechos humanos escucharon al menos dos detonaciones de arma de fuego y unos guardias los comenzaron a perseguir. Afuera del predio, en la carretera, se les acercaron y los obligaron a bajarse de la camioneta; los pusieron con las manos enla nuca, los hincaron y les hablaron con palabras altisonantes y amenazas. Después, revisaron el vehículo y los dejaron ir, no sin antes hablerles dado un gran susto.
La comunidad se encuentra en resistencia y organizada en contra de la construcción de la presa El Zapotillo, pues entre otros percances, estará desplazando a la gente de su hogar. Ante la criminalización de la protesta social, el Comité Salvemos Temaculpín, Acasico y Palmarejo, exigen que se investiguen los actos delincuenciales que sufrieron los defensores de derechos humanos, así como el acatamiento y cumplimiento de los fallos de los tribunales, que declararon nula de pleno derecho la reubicación de la presa El Zapotillo y la cancelación inmediata de la presa El Zapotillo.