Ante la gravedad de los hechos, desde el Sididh reproducimos de manera íntegra la carta que Fray Tomás González, director de la 72 Casa del Migrante y del Centro de Derechos Humanos Usumascinta, ubicados en Tenosique Tabasco, nos hizo llegar el día de ayer.
Tenosique, Tabasco, 12 de abril de 2012.
A todas y todos los que han estado pendientes del proceso de la comunidad de desplazados de Nueva Esperanza, Petén, Guatemala. El martes 10 de abril falleció la niña Yorleni Yolet Zacarías Escobar, hija de Wilfido Zacarías López y Sindi Paola Escobar Pérez. La causa principal de su prematura muerte es la deshidratación.
Yorleni Yolet nació el 29 de marzo de 2011 en Tenosique, Tabasco, México, fue registrada en el mismo municipio para obtener derechos fundamentales para su salud y alimentación. Hija de padres campesinos y guatemaltecos pertenecientes a la comunidad de Nueva Esperanza.
Yorleni Yolet, a los escasos 5 meses de vida fue víctima de un violento desalojo ordenado por el gobierno guatemalteco que la obligó junto con sus padres y con toda su comunidad a huir a la línea fronteriza México – Guatemala. Los motivos del desalojo fue que la acusaban a ella, a sus padres y a toda su comunidad de tener ligas con el narcotráfico de la región, de talar indiscriminadamente la selva y de acabar con la reserva natural protegida de la Sierra del Lacandón en el Petén guatemalteco.
En el así llamado campamento de desplazados de la Nueva Esperanza, permaneció junto con su padres, humillada negándole los más fundamentales derechos humanos, pues no tenía una vivienda digna, no tenía alimentación ni bebida suficiente para su corta edad.
Yorleni Yolet, celebró la navidad, la llegada del año nuevo 2012 y la fiesta de “reyes”, en medio de la oscuridad y la carencia, con sólo un pequeño juguete proveniente de la Península de Yucatán. El 9 de enero, fue nuevamente desalojada y forzosamente repatriada a “su país” por el Instituto Nacional de Migración en un operativo con más de 400 elementos. Entre los que más había eran miembros de la Policía Federal, contaron con la anuencia de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Tabasco.
El 10 de abril pasado, Yorleni Yolet, falleció cuando era trasladada en una ambulancia a Villahermosa, Tabasco, por deshidratación, fiebre y diarrea.
Yorleni Yolet, con apenas un año de edad es una víctima más del asesino Gobierno de México en sus tres niveles y con los 3 partidos que lo gobiernan; pues el PRD gobierna el municipio de Tenosique; el PRI el estado de Tabasco y el gobierno federal aun está en manos del PAN. Ninguno de ellos hizo absolutamente nada, no sólo por evitar su muerte sino para que ella tuviera una vida digna en nuestro país. Yorleni Yolet es también víctima del traicionero gobierno de Guatemala, pues se le ha olvidado que las causas que la mataron fueran las mismas por las que la administración anterior (Colón) como la actual (Pérez Molina), prometieron atender lo antes posible.
Yorleni Yolet es víctima de la Secretaría de Gobernación y del Instituto Nacional de Migración que engañó a la Nueva Esperanza burlándose de ellos hasta la saciedad; es víctima del Sector Salud del estado de Tabasco, pues una vez que dieron de alta por
primera vez a la niña, para seguirla atendiendo le exigieron el Seguro Popular, es víctima de la Cruz Roja, que retiró los tanques de agua potable de la línea fronteriza con el argumento de que ya no estaban en la “parte” de México.
Y para terminar, a los papás de Yorleni Yolet no les permitieron llorar lo suficiente a su hija junto a su comunidad, pues les negaron el permiso para sepultarla en México y fueron a llorarla y sepultarla en el Petén.
Estoy y estamos llenos de indignación y de coraje evangélico, la celebración de la Pascua en estos días, con la muerte de Yorleni Yolet, nos da el verdadero sentido de la resurrección de Jesús y de la nuestra. No estamos ya para creer en la revivificación de ningún cadáver… La muerte de Yorleni Yolet nos da nuevos bríos para seguir luchando incansablemente porque la Nueva Esperanza tenga un lugar digno con todos sus derechos en su patria….
Fr. Tomás González Castillo, OFM