El día de hoy, José Ramón Aniceto y Pascual Agustín, autoridades nahuas de la comunidad de Atla, municipio de Pahuatlán, Puebla, serán reconocidos oficialmente por Amnistía Internacional como presos de conciencia. Estos dos Defensores Comunitarios del Agua se encuentran presos en el penal de Huauchinango, Puebla, sentenciados a más de seis años de prisión por un delito que les fue inventado; esto, por defender el derecho al acceso al agua para toda la comunidad y oponerse al control del mismo por un grupo caciquil.
Después de una extensiva documentación, el Centro Prodh y el Instituto Ignacio Ellacuría de la Universidad Iberoamericana, Puebla, asumieron el caso en la última instancia e interpusieron un amparo directo, último recurso jurídico para lograr su liberación. Actualmente, el Poder Judicial de la Federación tiene en sus manos la oportunidad histórica de determinar la inocencia de José Ramón y Pascual, al comprobar las irregularidades y faltas al debido proceso en las que incurrieron tanto la autoridad investigadora como las judiciales.
Amnistía Internacional considera presos de conciencia a todas las personas encarceladas o sometidas a restricciones físicas por sus convicciones políticas, religiosas o por otro motivo de conciencia, así como por su origen étnico, sexo, color, idioma, orgien nacional o social, situación económica, nacimiento, orientación sexual u otras circunstancias, siempre que esa persona no haya recurrido a la violencia. La organización nombra presos de conciencia en todo el mundo; en México, lo han sido personas como Jacinta Francisco Marcial, Alberta Alcántara y Teresa González y Raúl Hernández.