El Miércoles pasado la escritora Chilena, Isabel Allende, se presentó en conferencia magistral en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México, en el marco de Primer Congreso Internacional “La experiencia intelectual en las mujeres en el siglo XXI” que tuvo a bien organizar el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, en torno a los festejos del día internacional de la mujer.
La presencia de Allende con las mujeres mexicanas ha sido impactante. Su pensamiento ha trascendido de las páginas de sus libros para hacerse presente en las vidas de cada una de ellas, las presentes e incluso las ausentes, Isabel Allende se define como una mujer con “recursos” y no sólo se refiere a los económicos, pues tiene la fuerza de su palabra y de sus obras para dirigirse al mundo, dijo.
La presentación del evento corrió a cargo de la Dramaturga Sabina Berman, quién la definió como un referente para las mujeres latinas.
Posterior a esto, subió al presídium Allende, ovacionada en su totalidad y comenzó diciendo: “Yo no preparé una clase magistral, yo vine a contar cuentos, que es lo que se hacer”, contó entre otras cosas como es que se adentró en el mundo de la defensa de mujeres, niños y niñas, reiterando que se ha dedicado a esto desde la muerte de su hija, en manera de homenaje a su labor.
Ahora Isabel Allende Foundation se dedica al apoyo de niñas huérfanas, de mujeres inmigrantes, mujeres con problemas de abuso de drogas la promoción de viviendas para familias con problemas de pobreza extrema, la rehabilitación de adolescentes encarceladas entre otras.
Recordó que el Dalai Lama dijo que el futuro está en manos de las mujeres de occidente, por lo que las invitó a estar conectadas, dispuestas y decididas a cambiar el mundo acompañadas de hombres.
«Nuestra visión de un mundo mejor es compartida y hay mucho trabajo por delante, hay que empezar a limpiar la casa. Estoy hasta aquí con el consumo, la violencia, el poder por el poder… A las mujeres nos han dejado de lado por siglos».
En clave literaria ha compartido sus reflexiones en torno a qué quieren y han querido las mujeres para sí y para el mundo desde hace mucho tiempo, y destacado la seguridad y la paz como elementos fundamentales.
Además, ha revindicado el amor y la belleza como «instintos naturales», y asegurado que sus libros sin ser románticos son optimistas porque están marcados por una visión triunfalista del amor. «No se trata de cambiar a las mujeres para que encajen en el mundo, sino de cambiar el mundo para que integre a las mujeres».