El domingo 25 de septiembre a las 8:30 de la noche, nuestro compañero Jesús Torres Frayre falleció en Torreón, Coahuila. Chuy Torres, como amorosamente era conocido, fue director del Centro de Derechos Humanos Juan Gerardi durante varios años. Participó activamente en la defensa y promoción de los derechos humanos de las comunidades de Torreón, Coahuila.
Chuy Torres inició su trabajo en las Comunidades Eclesiales de Base, mismas que dieron origen al Centro Gerardi. Profundamente convencido de la necesidad de encontrarse con la gente sencilla y trabajadora, buscó sembrar la semilla de la defensa y promoción de los derechos humanos. Durante su trabajo con y desde la Iglesia de los Pobres, provocó la formación de conciencia y la solidaridad comunitaria de los hombres y mujeres de los barrios marginales de Torreón. En este sentido, el vínculo congruente de Fe y Vida que él hizo es testimonio de respeto e inclusión.
Asimismo, se interesó por las y los migrantes que, al cruzar México de forma irregular, llegan hasta Torreón con rumbo a la frontera norte. Desde el Centro Gerardi, Chuy contribuyó a defender la vida de quienes el Estado continúa haciendo invisibles. Luchó por la apertura de un Albergue para migrantes, realizó foros y eventos de concientización y encontró la forma de que las comunidades cercanas a las vías se comprometieran al apoyo humanitario de esta población.
Chuy también participó activamente con la organización Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos y Desaparecidas en Coahuila (FUUNDEC), que integrada por familiares de víctimas de desaparición forzada, lucha por encontrar con vida a sus seres queridos. Desde Torreón, donde tanto el crimen organizado como las autoridades han sido responsables de varias desapariciones, Chuy se sumó al clamor de las familias y a la exigencia de justicia.
En este difícil momento, nos unimos al profundo pesar de quienes convivieron cotidianamente con Chuy Torres y hacemos llegar nuestro apoyo solidario al Centro de Derechos Humanos Juan Gerardi. Como organizaciones de la sociedad civil, reconocemos la labor de Chuy como cuidador y constructor de un proyecto de Derechos Humanos hecho desde y para los excluidos. Asimismo, expresamos nuestro agradecimiento por su vida y por el ejemplo y aporte que, desde ahora, asumimos el compromiso de continuar.
Gracias Chuy porque trabajaste siempre desde el Evangelio, a favor de la dignidad de todas las personas y por la justicia, la verdad y la paz. Te vamos a extrañar.