“Así como los soldados plantan cara al enemigo y se baten en combate, cada ciudadano o militar debiera hacer lo mismo, cada quien en su trinchera”. “(Los soldados) han bañado el suelo de la patria con la fertilidad de su vida (…) por el honor de México (por lo que) tendrán una recompensa de inapreciable reconocimiento”. Finalmente, Calderón aseveró que la “superioridad (de los soldados) es sobre todo ética, la que les otorga la razón en nuestra historia y les concede el honor y la gloria”. En esta defensa de la labor del Ejército en la lucha contra la delincuencia, el presidente afirmó que sus elementos protegen “al débil, al inocente, al que lo necesita”.