Como hemos visto en días recientes a partir de los eventos ocurridos en Chiapas frente a las caravanas de personas migrantes, las policías mexicanas -incluyendo a la militarizada Guardia Nacional- con frecuencia emplean la fuerza, incluyendo la fuerza letal, más allá de los parámetros internacionalmente aceptados. Por otro lado, el uso de la fuerza por elementos de seguridad en contextos de manifestaciones sigue generando abusos, como se refirió en la audiencia sobre Protesta y Mujeres ante la CIDH. Siendo así, en un contexto como el mexicano siempre será necesario que se regule este uso de manera clara y estricta; por un lado, limitando al máximo el uso de la fuerza letal, y por otro, evitando al máximo que se habilite sin más el uso de la fuerza respecto de manifestaciones que las autoridades consideren violentas. Esto, sin embargo, no se cumple en las redacciones ambiguas y laxas de la LNUF que lamentablemente la SCJN convalidó.
Tal situación deviene más preocupante si se considera, además, que en México seguimos sin contar con controles externos que investiguen efectiva y prontamente los casos de uso desproporcionado de la fuerza que se presentan.
*Lea el artículo completo en Animal Político