Las Brigadas funcionan también como una radiografía de la situación que enfrentan las zonas donde se interviene en cuanto a la desaparición y a la respuesta de las instituciones ante ella.
Si bien se han dado pasos relevantes en acciones impulsadas a nivel federal, las desapariciones siguen ocurriendo al tiempo que las resistencias institucionales siguen arraigadas e impiden el desarrollo de una verdadera política de Estado ante la crisis. Destacadamente, las fiscalías siguen rehuyendo sus responsabilidades y evaden implementar los cambios y mecanismos necesarios para encarar el desafío. Muestra clara de ello es que aun cuando desde 2017 la Ley General en Materia de Desaparición ordenó la creación de varios instrumentos relevantes para buscar a las personas desaparecidas, tales como un Banco Nacional de Datos Forenses, estos aún no existen.
La presencia de la Brigada en Morelos vuelve a poner el dedo en el renglón. Como han recordado las familias, con desapariciones no hay transformación de fondo posible.
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