En total se hacen 15 menciones al tema de impunidad, sin contar las menciones que se agregan en los anexos. De estas menciones, quiero señalar que, aunque en el propio informe se declara que uno de los objetivos centrales de la actual administración federal es erradicar la corrupción y la impunidad, estos dos temas se tratan como un binomio indisoluble en lugar de dos problemáticas distintas. Es verdad que el combate a la impunidad en actos de corrupción es uno de los mayores retos que enfrentamos como sociedad, por desgracia, no es la única impunidad que nos aqueja y que debería combatirse desde el gobierno federal. Por ello en un primer análisis, sí sorprende que las menciones a la impunidad se relacionen de manera exclusiva al combate a la impunidad en actos de corrupción y no a otras áreas como delitos de alto impacto social como homicidios dolosos (muchos de ellos son cometidos por el crimen organizado por lo que son competencia federal), para los casos de desaparición forzada o la impunidad en violaciones graves a derechos humanos.
Por más que muchas veces son problemáticas que van de la mano, son temas que merecen propuestas distintas. Sobre todo con la crisis de desaparecidos que tenemos en el país, sumada a la crisis de violaciones graves a derechos humanos y la baja efectividad en procuración de justicia, no se puede dedicar todo el esfuerzo en combatir solamente la impunidad en actos de corrupción. Si el gobierno federal quiere erradicar la corrupción y la impunidad, es momento de tratarlos como problemas relacionados, pero distintos.
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