Con los pies destrozados, bajo el sol y la la lluvia, cientos de migrantes haitianos, venezolanos, cubanos, centroamericanos y de otras nacionalidades, continuaron la caravana que salió el pasado sábado de la ciudad de Tapachula, un lugar donde han permanecido algunos más de un año, sin trabajo y en espera que el gobierno de México responda a sus solicitudes de refugio. El sistema migratorio mexicano, aseguran, está colapsado.
Tapachula se convirtió para ellos en una prisión, por que autoridades migratorias impusieron que no pueden abandonar la ciudad, aún cuando las citas para atender sus solicitudes serán hasta el mes de enero.
En su segundo día de caminata, ya sobrevivieron un violento intento de detención por parte de agentes migratorios, militares y elementos de la Guardia Nacional (GN). Algunos fueron detenidos y llevados a la estación migratoria.
* Información e imagen de Chiapas Paralelo