A casi cuatro años de la publicación de la ley general en la materia, ¿cuántas personas ha localizado la Comisión Nacional de Búsqueda o sus homólogas en los estados? No sabemos. ¿Cuántas personas ha localizado la Fiscalía General de la República o las fiscalías de las entidades federativas? No sabemos. ¿Cuántas personas han localizado las familias sin la intervención del Estado? Probablemente, a la mayoría. Nunca será suficiente el reconocimiento a las familias en su búsqueda incansable, pero no es sostenible ni podemos conformarnos con la idea de que ellas deban asumir una responsabilidad que es del Estado.
La falta de información y estadísticas oficiales sobre localización de personas es abrumadora porque es un trágico indicador en sí mismo: no importa saber si encontramos, lo importante es buscar; ergo, lo importante es seguir subiendo la piedra.
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