Pero si volteamos a ver cómo y quienes son los que están capacitando a miles de elementos que se integran a la GN —nuevos y veteranos— para realizar las más de 50 tareas que tienen encomendadas, qué materias cursan y con que énfasis, hallamos que no hay civiles, ni policías, ni especialistas que estén capacitándolos en Seguridad Pública. Quienes están capacitando a los nuevos policías en el Nuevo Sistema de Justicia Penal, Derechos Humanos, Perspectiva de Género y Doctrina Policial son los mismos militares.
Como se desprende de la malla curricular, el énfasis en la capacitación de los guardias nacionales está en el uso de la fuerza y no en la concientización de su labor policial. Obedece a un preparación, disciplina y doctrina militar, poco cercana a la Policialización de las fuerzas armadas que promocionan. Llama la atención que en derechos humanos se capaciten con mucho más énfasis a los civiles de nuevo ingreso que a los militares en funciones, ya que son estos quienes vienen aleccionados y adoctrinados en el “combate al enemigo”, son ellos quienes componen el 80 por ciento de la GN y a quienes habría que cambiar el ADN militar, de ser esto posible.
Santiago Aguirre, director del Centro Prodh, sostiene que la policialización en México es más el discurso de un deseo que una realidad: “El tipo de cultura organizativa que impera en la fuerza armada mexicana no facilita un proceso de policialización ni de civilización que compense la formación castrense inicial o al menos dé un entendimiento de la lógica de seguridad ciudadana”.
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