México decidió incumplir la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos del llamado caso Atenco, donde, entre otras medidas, se ordena la creación de un observatorio externo de rendición de cuentas de la anterior Policía Federal, hoy Guardia Nacional. Este ejemplo es la más reciente confirmación de que el Estado mexicano decide quedarse atrás en la historia de la reforma policial democrática.
¿Por qué debe haber varios controles externos simultáneos, además de los internos? Porque la policía y los gobiernos de los que dependen muestran una y otra vez que los internos siempre son insuficientes. La policía no se controla bien a sí misma y no llegan reformas de fondo.
Antes dijo NO el poder civil y la policía a la supervisión policial externa, ahora dicen NO el poder civil y el militar. Así, México se rezaga más y más en la historia de la reforma policial democrática. Y las víctimas del caso Atenco, sin justicia aquí, accedieron a la justicia en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, solo para regresar a México a recibir esta bofetada del gobierno federal.
*Lea el artículo completo en Animal Político