Es por eso que aun sin que el fiscal aportara información básica para sostener la ocurrencia del hecho y la violencia denunciada, en automático Inocencio está en prisión preventiva oficiosa por tiempo indeterminado; en tanto, las y los operadores del sistema de justicia le exigen “probar su inocencia”, y, presionado por los riesgos de la prisión y lo que debe pagan para sobrevivir en ella, podría aceptar su participación en un delito que no cometió.
Todas y todos nos exponemos a que de un momento a otro nos inventen un delito, nos fabriquen pruebas y, como en una pesadilla, nos consideren culpables y permanezcamos durante años en los sórdidos pasillos del sistema buscando justicia, un enredo jurídico empeorado por la prisión preventiva oficiosa. ¿A quién debemos atribuir esta realidad que nos expone a todas y a todos? ¡A las y a los legisladores!
El Senado aprobó la reforma al Código Nacional de Procedimientos Penales para sumar nuevos delitos que ameritarían la prisión preventiva oficiosa, con lo cual mantiene la presunción de culpabilidad. Y la semana anterior surgió en la Cámara de Diputados otra propuesta para añadir dos nuevos delitos.
*Lea el artículo completo en NPJ