Las defensoras de derechos humanos han escogido ese camino por vocación y/o como posicionamiento y acción luego de vivir, ellas mismas o sus seres queridos, graves violaciones a derechos humanos. En cualquier caso, sus aportes a la construcción de un México más democrático y justo son claros e invaluables.
Es mucho lo que mujeres como las nombradas, desde su dolor y su indignación, han brindado amorosamente a este país lastimado. Sus luchas, cabe recalcar en estos tiempos, nunca se concentraron de modo preeminente en la vía electoral sin que eso reste en un ápice la enorme contribución brindada a la democratización del país.
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