BAJO LA LUPA | ¡Y eso no es todo… falta Víctor Yodo!, por Francisco López Bárcenas

Fue el Estado. Lo dicen los mismos informes del Estado y lo corroboran testigos presenciales. A las 7 horas del día 14 de agosto de 1983, el sector especial del Departamento de Investigación e Información Foránea de la Dirección Federal de Seguridad, que operaba en Juchitán, informaba lo siguiente: “El profesor Víctor Pineda Henestrosa fue detenido por elementos del undécimo batallón de Infantería con base en Ciudad Ixtepec, Oaxaca, en el parque Revolución de esta localidad, desconociéndose hasta la fecha su paradero”. 

Su secuestro y desaparición aconteció faltando unos días para el cambio de comisario de bienes comunales, por lo que se piensa que lo hicieron para evitar que incidiera en el proceso o incluso lo nombraran para ocupar el cargo. Desde entonces sus familiares y amigos no han cesado de exigir su presentación, convencidos de que se trata de un crimen de Estado del cual el Ejército no es ajeno. Después de 42 años de los sucesos, la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación ha aceptado que la fiscalía federal abra una investigación. Los familiares y amigos del profesor Víctor Pineda Henestrosa –Víctor Yodo–, por su parte, exigen que la investigación incluya al Ejército federal y se abran los expedientes de esta institución para saber quién o quiénes ordenaron su detención-desaparición, se castigue a los responsables y se repare el daño causado.

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