Procurar la agenda de los derechos humanos en este 2020, en el contexto de la pandemia por covid-19, ha sido una tarea titánica, compleja y plagada de matices. Y si bien es posible hablar de algunos avances, también hubo situaciones inéditas que enfrentar y gravísimos retrocesos que tristemente echaron por tierra conquistas obtenidas por las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSCs) tras largos años de trabajo intenso.
En una cara de la moneda, entre los avances, destaca el reconocimiento que hizo el Estado mexicano de la competencia del Comité de la ONU contra la Desaparición Forzada, así como la publicación del Protocolo Homologado para la Búsqueda de Personas Desaparecidas y No Localizadas y el acuerdo por el que crea el Mecanismo Extraordinario de Identificación Forense.
Muchos otros temas quedan en el tintero, entre ellos la imparable ola de feminicidios; la violación de los derechos humanos de las personas migrantes provenientes de Centroamérica y la participación del ejército en labores de seguridad pública, esto último en abierta contradicción con los compromisos internacionales firmados por México.
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