A pesar de este sinsentido evidente, en 2019 (DOF 12/04/2019) se amplió aún más el catálogo constitucional de delitos que ameritan PPO: aumentó de seis a 16 delitos. Esa ampliación fue, si se nos permite el término, anticlimática, ya que desde 2014 la población penitenciaria de todo el país había comenzado a disminuir. Pues bien, a partir de 2019 esta tendencia se revirtió.
Lo que llama la atención es que este aumento se dio en la población de personas sujetas a PPO, que pasaron de 75,287 en 2019 a 89,067 en 2020. Esto es un incremento de 18.3% presos sin condena. Pero definitivamente todas las alarmas se encienden cuando advertimos que el aumento de presos sin condena es diferenciado según su género. Mientras que el incremento de hombres en PPO, de 2019 a agosto de 2020, fue de 17.9%, el número de mujeres en PPO creció en 24.6% en el mismo periodo, lo que representa el incremento más alto registrado desde 2013.
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