Un grupo de científicos, activistas por el medio ambiente, familiares de personas desaparecidas y extrabajadores agrícolas en Estados Unidos en los años 60, conocidos como braceros, cerraron por unas horas las puertas de ingreso al edificio del Senado.
Reclamaron su derecho de audiencia. Al mediodía del martes 13 no lo habían conseguido.
“Los que antes nos abrían la puerta, ahora no nos escuchan”, reclama Roberto Villanueva, quien alega ser defensor de derechos humanos y que acompaña a víctimas de personas desaparecidas.
Y apunta: el problema no es que desaparezcan los fideicomisos, sino que, jura, la decisión se justifica “en la modificación de diversas leyes, todas son diferentes, ese es el problema, que no puedes meterlos todos en la misma bolsa”.
*Con información e imagen de Pie de Página