Uno de los pasajes más contundentes del mensaje del Presidente es la afirmación de que “ya no hay torturas, desapariciones, ni masacres. Se respetan los derechos humanos y se castiga al culpable (…) hay menos secuestros, feminicidios, y robos”.
Para corroborar la consistencia de dicha declaración con la realidad, es necesario ir a las cifras.
Con independencia de las cifras oficiales, que de suyo no concuerdan con la pauta discursiva presidencial, es pertinente mirar la realidad misma, que bien puede ejemplificarse con tres hechos concretos que dan cuenta de las dimensiones y complejidad de la problemática que actualmente vive la nación en materia de derechos fundamentales.
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