“Yo a mi hijo no lo voy a volver a ver. Yo lo que quiero es que se pague con justicia, que esos militares lo paguen”, dice Raúl Tercero, de 43 años, padre de Damián Tercero, uno de los civiles acribillados el 3 de julio por elementos de la Secretaría de la Defensa (Sedena) cuando se encontraban en la troca de una pick-up en Nuevo Laredo, Tamaulipas.
La versión de los militares es que sus unidades fueron atacadas por personas armadas y que ellos solo repelieron la agresión, matando a 12 de ellos. Sin embargo, al menos tres de los ocupantes del vehículo eran civiles con las manos atadas que habían sido secuestrados por un grupo del crimen organizado. Damián, de 18 años, era uno de ellos. Desapareció el 24 de junio junto a su hermano Alejandro, al que todavía siguen buscando.
* Tomado de Animal Político