BAJO LA LUPA | Guerra de balas, por Javier Risco

 

No es un tema nuevo, decenas de académicos y especialistas han revisado y estudiado el significado y el peligro de lo que significa poner a militares a hacer labores de seguridad pública, basta revisar el trabajo de colectivos como Seguridad sin Guerra o trabajos bien fundamentados publicados desde el Programa de Seguridad Ciudadana de la Universidad Iberoamericana. Se han hecho congresos, mesas de análisis, cartas abiertas y nada ha cambiado la estrategia –sin estrategia– que hasta el momento ha planteado el gobierno de López Obrador.

La discusión otra vez acapara la agenda nacional por la publicación de un video en manos de El Universal donde aparecen militares asesinando a un civil. De acuerdo con la información publicada por el periodista Íñigo Arredondo, el video corresponde a la madrugada del pasado 3 de julio, donde soldados dispararon contra una camioneta donde viajaban presuntamente miembros del crimen organizado. “La versión oficial señalaba que después del cese al fuego no hubo nadie que tuviera signos vitales y así fue que presentaron 12 personas muertas después de un enfrentamiento, pero el video revela lo contrario. En él se ve que una persona se mueve en la caja de la pick up que acaba de recibir al menos 243 disparos. A su lado hay cuerpos. Frente a él están cinco soldados mexicanos apuntándole con lámparas y armas. Los militares gritan ‘¡está vivo!’, y un militar ordena: ‘mátalo a la verga’”. El Presidente le pidió ayer al secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval, que investigue el caso, y añadió que es cosa del pasado “asesinar detenidos”.

Dentro de esta estrategia se ha olvidado que el objetivo no es matar miembros del crimen organizado, sino alcanzar la paz; no habrá un cambio de estrategia, como tampoco ha habido una intención de reconocer los errores hasta el momento cometidos. 

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